En un brutal hecho registrado la comunidad de Royal Oak, en Michigan (EEUU), Samantha Rae Booth, de 35 años, fue acusada de asesinato en primer grado tras apuñalar mortalmente con un destornillador a David Ong, un abuelo de 83 años que acudía a visitar a su nieta de tres años.
De acuerdo con lo reseñado por New York Post y medios locales, el crimen ocurrió dentro de la vivienda de la hija de Ong, donde Booth trabajaba como niñera.
LEA TAMBIÉN: HISPANO QUE MANEJABA EBRIO ATROPELLÓ A UN ADOLESCENTE Y LE CAUSÓ LA MUERTE, FUE DETENIDO Y ENFRENTA GRAVES CARGOS
Según las autoridades, el ataque se produjo durante un aparente episodio maníaco, y ocurrió frente a la menor, lo que también derivó en cargos por abuso infantil.
Tras el asesinato, Booth también persiguió al tío de la niña por la calle mientras estaba completamente desnuda y cubierta de sangre.
Lo que se detalló, es que la policía la detuvo en las inmediaciones de la casa, donde encontraron en su bolso presuntas sustancias psicodélicas y marihuana.
Como era de esperarse, la escena se describió como caótica y violenta. Los agentes precisaron que hallaron el cuerpo de Ong en el sótano con múltiples heridas provocadas por el destornillador.
“Atacó repetidamente a la víctima con un destornillador”, expresó el jefe de policía de Royal Oak, Michael Moore. “Un crimen absolutamente horrendo”, agregó.
Afortunadamente, la niña y su tío solo sufrieron heridas leves durante el incidente.

LAS PERTURBADORAS PALABRAS DE LA NIÑERA
Entre lo más perturbador del caso, es que Booth se jactó de lo ocurrido, afirmando: “Lo jodí, y sí, lo hice. Dios, fue demasiado fácil”. Eso se los dijo a los oficiales desde la parte trasera de la patrulla tras su arresto.
Lo que se sabe de la mujer, es que durante al menos dos años antes del trágico suceso, había estado al cuidado de los niños de la familia sin que se registraran antecedentes penales en su historial hasta su arresto el viernes.
La niñera está acusada de asesinato en primer grado y abuso infantil en segundo grado y se ordenó su detención sin derecho a fianza.
Durante un intento de audiencia por videoconferencia desde una celda en la comisaría de Royal Oak, Booth habría evitado el proceso legal al permanecer desnuda en el suelo. Se negó a cubrirse frente a la cámara. Ante esta situación, la audiencia se realizó «fuera de cámara». Según los registros penitenciarios, la mujer fue posteriormente trasladada a la cárcel del condado de Oakland.
Booth tiene previsto regresar ante el tribunal el próximo 7 de noviembre, para una audiencia de causa probable.
¿CÓMO LLEGÓ EL OTRO FAMILIAR?
Según la versión policial, al no poder contactar la madre de la niña con Booth, Ong, de 83 años, se dirigió a su domicilio. El mismo está ubicado en la cuadra 4300 de la calle Sheridan, y el hombre fue hasta el sitio alrededor de las 7:50 de la noche del pasado viernes, para ver cómo estaba su nieta de dos años.
Una vez allí, Booth presuntamente lo apuñaló hasta la muerte. Posteriormente, al no tener noticias de Ong, la madre de la niña le pidió a otro familiar, el tío de la pequeña, que fuera a la casa para asegurarse de que todo estuviera bien.
Según la policía, al llegar, escuchó ruidos provenientes del sótano y llamó a Booth, pero ella no respondió. Fue entonces cuando bajó y encontró a Ong herido.
La niña también estaba en el sótano, así que el tío la tomó en brazos e intentó escapar de la casa mientras, presuntamente, se defendía de Booth, quien intentaba atacarlo.
EL DOLOR FAMILIAR
“Mi padre, David Ong, falleció trágicamente el viernes por la noche mientras protegía a su querida nieta de tres años”, escribió la tía de la niña en las redes sociales.
“La pérdida es inconmensurable. Cualquiera que conozca a mi padre sabe que es un gigante gentil, un hombre de increíble bondad, amor y fe. A menudo he dicho que es, sencillamente, el mejor hombre que conozco», agregó.
El obituario de Ong describe a la víctima, un hombre de Bloomfield Hills, como «profundamente cariñoso». Se destacó que siempre fue amoroso y apoyó a su familia. Estuvo casado durante más de 60 años y deja atrás a su esposa, cuatro hijos y 11 nietos.

