Las autoridades del condado de Maricopa, en Arizona (EEUU), se encuentran investigando más de 300 muertes que ocurrieron en las últimas semanas, con la sospecha de que podrían estar relacionadas con la ola de calor extremo que ha azotado la región durante este verano en gran parte del oeste del país norteamericano.
De acuerdo con los datos oficiales, hasta el 21 de julio, se habían confirmado 25 muertes por calor en el condado de Maricopa, con otras 249 muertes todavía bajo investigación.
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Las autoridades temen que la cifra final de muertes relacionadas con el calor pueda ser significativamente mayor, ya que los resultados de las autopsias y pruebas toxicológicas pueden tardar varias semanas en completarse.
Casi 100 de esas muertes se atribuyen a una sola semana: del 7 al 13 de julio, cuando las temperaturas alcanzaron los 118 °F (47.7 °C).
Esto último, se produjo después de que partes de Arizona, Nevada y Texas experimentaran el mes de junio más caluroso jamás registrado.
Las altas temperaturas extremas han puesto en grave riesgo a la población, especialmente a los grupos más vulnerables como personas mayores, niños, personas con enfermedades crónicas y personas sin hogar.
En consecuencia, las autoridades reiteraron su llamado a la población para que tome medidas de precaución para evitar el golpe de calor, como mantenerse hidratado, evitar la exposición prolongada al sol, usar ropa ligera y aireada, y buscar lugares frescos y con aire acondicionado.
