El gobierno de EEUU anunció este miércoles, 9 de octubre, que prohibió la entrada al país norteamericano del expresidente ecuatoriano Rafael Correa y su exvicepresidente Jorge Glas, debido a acusaciones de corrupción.
Esta decisión se enmarca en los esfuerzos de Washington por combatir la corrupción a nivel global y enviar un mensaje claro sobre las consecuencias de tales actos.
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Correa y Glas han sido figuras prominentes en la política ecuatoriana, pero sus mandatos han estado marcados por numerosos escándalos y denuncias de irregularidades.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo en un comunicado que Correa y Glas abusaron de sus cargos «al aceptar sobornos a cambio de otorgar contratos gubernamentales favorables».
Rafael Correa, quien gobernó Ecuador entre 2007 y 2017, ha sido acusado de múltiples actos de corrupción durante su administración.
Entre los casos más notorios se encuentra el de los sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, que ha salpicado a varios políticos de la región.
Jorge Glas, su vicepresidente, ya cumple una condena de prisión por su implicación en este escándalo. Pero, sin dudas, la prohibición de entrada a Estados Unidos es un golpe significativo para ambos, ya que limita su movilidad y afecta su reputación internacional.
Glas, quien fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa, lo detuvieron el pasado 5 de abril en el asalto de las fuerzas de seguridad ecuatorianas a la embajada mexicana en Quito, donde este había pedido asilo.
En ese momento, Glas enfrentaba una orden de captura y prisión preventiva debido a su implicación en el caso de las obras de reconstrucción tras el devastador terremoto de 2016. Se le acusa de presunto peculado (malversación de fondos públicos). Tanto Glas como Correa han afirmado ser víctimas de una persecución política.
