Los bomberos en Los Ángeles (EEUU) se están preparando para enfrentar vientos peligrosos que podrían avivar los incendios forestales en la región.
Este martes, 14 de enero, se espera que los vientos secos de Santa Ana alcancen velocidades de hasta 120 km/h, lo que podría complicar los esfuerzos de extinción de los incendios.
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La situación es especialmente crítica dado que la región ya ha sido devastada por dos incendios masivos en la última semana, que han destruido miles de hogares y causado al menos 24 muertes.
Para hacer frente a esta nueva amenaza, se ha desplegado un contingente reforzado de bomberos, incluyendo equipos traídos de todo Estados Unidos, así como de Canadá y México.
Además, docenas de camiones de agua han llegado para reponer suministros después de que las bocas contra incendios se secaran la semana pasada.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y otros funcionarios han expresado confianza en que la región está mejor preparada para enfrentar esta nueva ola de incendios.
El lunes, los aviones rociaron casas y laderas con sustancias químicas para retardar el fuego, mientras que las cuadrillas de bomberos se ubicaron cerca de puntos particularmente vulnerables con vegetación seca.
Sin embargo, la jefa de bomberos de la ciudad, Kristin Crowley, ha advertido que la situación es «de lo peor» y que no están a salvo.
Las ráfagas de viento podrían impedir el vuelo de las aeronaves de extinción de incendios, lo que dificultaría aún más los esfuerzos de control.
Es por ello, que los residentes de Los Ángeles también están tomando medidas para protegerse, empacando sus pertenencias más valiosas y preparándose para posibles evacuaciones.
La comunidad está en alerta máxima, con muchos temiendo que sus vecindarios sean los próximos en peligro.
