El estado de Texas (EEUU) enfrenta un brote histórico de tos ferina con más de 3.500 casos confirmados, la mayoría en niños, lo que ha encendido las alarmas por la caída en las tasas de vacunación infantil.
Según el Departamento de Servicios de Salud estatal (DSHS, por sus siglas en inglés), esta cifra cuadruplica los registros del mismo periodo en 2024 y multiplica por 10 los de 2023.
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Por tanto, el repunte superó ampliamente los niveles previos a la pandemia del COVID-19 y se convirtió en el brote más grave en más de una década.
La situación preocupa especialmente porque el 85 % de los diagnósticos corresponde a población infantil, un sector altamente vulnerable a esta enfermedad respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) advirtió que la tos ferina está experimentando un rebote sostenido en todo el país, lo que refuerza la necesidad de medidas urgentes para contener su propagación.
¿POR QUÉ EL REPUNTE DE TOS FERINA?
Uno de los factores que explican este aumento es la caída en las tasas de vacunación. En la cohorte escolar 2024-2025, la cobertura de inmunización contra la tos ferina descendió a 92,1 %, frente al 95 % registrado antes de la pandemia.
Aunque la diferencia pueda parecer mínima, en términos epidemiológicos representa un margen crítico que facilita la transmisión de la enfermedad y expone a miles de niños a contagios evitables.

De hecho, Texas ha registrado hasta octubre de 2025 más de 3.500 contagios confirmados de tos ferina, según datos del DSHS. La magnitud del brote es evidente: la cifra es casi cuatro veces mayor que los 1.907 casos reportados en el mismo lapso de 2024 y multiplica por 10 los registros de 2023.
Según la CDC, los estados con mayor tasa de pertussis son Texas, Nebraska, Idaho, Oregón y Hawái, aunque el repunte afecta a la mayoría de las regiones del país.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
La tos ferina comienza con síntomas similares a los de un resfriado común, como fiebre leve, secreción nasal y tos. Sin embargo, la enfermedad progresa hacia episodios de tos severa, caracterizados por ataques violentos y un sonido agudo al intentar respirar, conocido como whoop.
En los bebés, la enfermedad puede ser especialmente grave, ya que uno de cada tres infectados menores de un año requiere hospitalización, y uno de cada 100 fallece debido a complicaciones.
Los expertos han señalado que la disminución en las tasas de vacunación podría estar contribuyendo al aumento de casos. La vacuna contra la tos ferina, incluida en las fórmulas DTaP y Tdap, es la principal herramienta de prevención.
Es por ello, que los CDC recomiendan que los niños reciban cinco dosis de DTaP en sus primeros años de vida, seguidas de refuerzos en la adolescencia y la adultez.
Sin embargo, se enfatizó que la cobertura de vacunación ha disminuido en algunos sectores de la población, lo que ha permitido la propagación de la enfermedad.
El uso temprano de antibióticos, como azitromicina, claritromicina o eritromicina, puede reducir la gravedad de los síntomas y acortar el período de contagio. Además, los especialistas recomiendan medidas preventivas como evitar el contacto cercano con personas infectadas y garantizar que los bebés y mujeres embarazadas reciban la vacuna adecuada.

