Desde hace meses, la cantante canadiense, Nelly Furtado, ha sido blanco de comentarios crueles por su apariencia física. Pero en lugar de esconderse, eligió transformar el dolor en una declaración de fuerza.
“Este año tomé conciencia de la presión estética de mi trabajo de una forma completamente nueva, al mismo tiempo que experimenté nuevos niveles de amor propio y una confianza genuina”, escribió en Instagram.
Sin embargo, esa búsqueda de paz personal la ha llevado ahora a tomarse una pausa definitiva de los escenarios.
“25 años después del lanzamiento de mi primer disco, mi música ha llegado a una nueva generación de fans y no podría estar más feliz. Ha sido surrealista y alegre volver a sentir el poder de la buena música… pero he decidido alejarme de la actuación por ahora y dedicarme a otras actividades creativas y personales”, dijo.
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La artista aseguró que seguirá componiendo. “Siempre me identificaré como compositora” y agradeció a su equipo y a los fans por acompañarla a lo largo de su carrera, que comenzó con su icónico álbum ¡Whoa, Nelly!, con éxitos como I’m Like a Bird y Turn Off the Light.
UNA VOZ CONTRA EL ‘BODY-SHAMING’
Aunque Furtado no mencionó directamente las críticas a su cuerpo como motivo de su retiro, su última aparición en vivo pareció tener un mensaje claro.
Durante el Manchester Pride, la artista lució una camiseta oversize con una ilusión óptica de un cuerpo femenino con forma de reloj de arena y la frase “Better Than Ever” (“Mejor que nunca”) en la espalda. Su estilista, Phil Gomez, confirmó en Instagram que el atuendo fue una respuesta directa a los bodyshamers. “Ella los acalla con estilo”, dijo.
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Mientras tanto, los algoritmos de Google han reflejado el otro lado del problema: al buscar “Cuándo Nelly Furtado…”, las sugerencias más populares no hablan de su música, sino de su cuerpo.
Furtado ya había alzado la voz sobre estos estándares imposibles en entrevistas anteriores. En conversación con People, confesó: “Tengo la piel morena y solían aclararla mucho en las fotos y reducirme las caderas constantemente. Siempre me recortaban en los editoriales”.
