El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se encontró esta semana con un nuevo obstáculo en su lucha contra la migración irregular, luego de que un tribunal federal de apelaciones suspendió temporalmente su intento de terminar el parole humanitario para migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
Gracias a esta medida 500.000 migrantes podrán continuar en los Estados Unidos sin miedo a que los deporten. El Tribunal de Apelaciones del Primer Circuito de Estados Unidos indicó que la administración no había satisfecho el alto estándar para que el tribunal concediera la intervención de emergencia que el Departamento de Seguridad Nacional estaba buscando.
El caso surgió a raíz de una demanda interpuesta por organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, quienes alegaron que la decisión de suspender abruptamente los programas interrumpía de forma ilegal la vida de miles de beneficiarios que ingresaron legalmente al país.
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La reciente decisión del tribunal de apelaciones, emitida por un panel conformado por dos jueces designados por el presidente Joe Biden y uno por el expresidente Barack Obama, cuestionó si la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, tenía autoridad suficiente para poner fin de manera general al programa de ‘parole’.
Semanas antes, la jueza Indira Talwani, del tribunal de distrito de Massachusetts, ya había fallado a favor de los demandantes, ordenando el restablecimiento del proceso de ‘parole’ y los beneficios migratorios relacionados.
La demanda la impulsaron migrantes y patrocinadores radicados en Estados Unidos, quienes aseguraron que la eliminación del programa violaba la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que exige evaluar los casos de manera individualizada.