Este miércoles entró en vigor el cierre del gobierno de Estados Unidos, luego de que republicanos y demócratas no lograran un acuerdo para aprobar el proyecto de ley de gastos del gobierno del presidente Donald Trump.
Se trata del primer cierre federal en casi siete años y podría paralizar temporalmente algunos servicios del gobierno estadounidense, aunque no todos.
Donald Trump ha advertido que esta disputa podría tener graves consecuencias. «Podemos hacer cosas durante el cierre que son malas e irreversibles para ellos (los demócratas), como dejar sin empleo a un gran número de personas, recortar programas que les gustan».
Asimismo, responsabilizó a los demócratas y alegó que quieren que entren más personas de forma ilegal en Estados Unidos.
¿EL CIERRE ESTABA PREVISTO?
El jefe de presupuesto de la Casa Blanca, Russ Vought, distribuyó un memorando explicando cómo el gobierno planea usar el cierre para hacer nuevos recortes a largo plazo en el gasto federal y en la fuerza laboral.
Los trabajos y programas considerados «no esenciales» serían eliminados permanentemente, extendiendo los recortes ya iniciados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que estuvo bajo la dirección de Elon Musk.
LEA TAMBIÉN: FUERA LOS «SOLDADOS GORDOS» Y BARBAS: PENTÁGONO ENDURECERÁ ESTÁNDARES FÍSICOS PARA RECUPERAR EL «ESTÁNDAR MASCULINO»
Sin embargo, los líderes demócratas han calificado estos movimientos como tácticas de intimidación, ya que consideran que Trump está utilizando a los empleados federales como un medio para presionar en las negociaciones, sin hacer frente a la verdadera cuestión del financiamiento gubernamental.
El portavoz de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, criticó fuertemente el memorando de la Casa Blanca, acusando a Trump de utilizar a los trabajadores federales como peones para su agenda política. Por su parte, el presidente en la página web de la Casa Blanca responsabilizó a los demócratas del cierre, afirmando que son ellos quienes lo han provocado.
CRISIS POLÍTICA CON GRAVES EFECTOS
El congresista demócrata Joe Morelle expresó su frustración culpando a la administración actual de la crisis. Los demócratas argumentan que los republicanos, que tienen control de las principales ramas del gobierno, son los responsables de no llegar a un acuerdo.
Al mismo tiempo, el congresista Bill Foster subrayó que, si los republicanos no se muestran dispuestos a negociar, las familias de todo el país serán las que paguen las consecuencias.
Por otro lado, los republicanos, como Dusty Johnson, también se mostraron contrariados por el cierre, afirmando que estos pueden poner en peligro los sueldos de los estadounidenses, pero sostienen que el cierre es un mal necesario para poder negociar un mejor acuerdo en el futuro.
SERVICIOS AFECTADOS POR EL CIERRE
Durante este cierre, algunos servicios esenciales como la patrulla fronteriza, el control del tráfico aéreo y la atención médica hospitalaria seguirán operando. No obstante, otros servicios quedarán suspendidos temporalmente. Entre ellos se incluyen la verificación de beneficios de seguridad social, las emisiones de tarjetas y la asistencia alimentaria.
Expertos en política de la Universidad de Washington, consultados por BBC, afirmaron que varias agencias gubernamentales no tienen planes claros para este cierre, lo que podría generar interrupciones en los programas de salud, educación y seguridad pública. Además, los centros de salud comunitarios y los servicios como la atención domiciliaria sufrirán dificultades administrativas.
LAS EXIGENCIAS DE AMBOS BANDOS
En cuanto a las demandas de cada parte, los republicanos buscan una extensión a corto plazo de los niveles actuales de gasto, mientras que los demócratas exigen medidas concretas sobre el seguro médico para personas de bajos ingresos, que están a punto de expirar.
Los demócratas también buscan revertir los recortes de gastos en áreas sensibles como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Los cierres de gobierno no son nuevos en la historia reciente de Estados Unidos. Desde 1980, se han registrado 15 cierres, siendo el de 2018 el más largo, con 35 días de duración. Este cierre fue uno de los tres que enfrentó Trump durante su primer mandato, y demostró las complejidades y las consecuencias de la falta de acuerdos entre las dos principales fuerzas políticas del país.
