El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha lanzado una advertencia contundente: cualquier miembro de pandillas, especialmente de origen venezolano, que cometa un asesinato en ese estado de EEUU será condenado a muerte.
Abbott enfatizó: “Manténganse fuera de Texas”. Esta declaración surge tras el caso de dos venezolanos acusados del asesinato de Jocelyn Nungaray, una niña de 12 años.
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Las autoridades de Texas anunciaron su intención de buscar la pena de muerte para Franklin Peña, de 26 años, y Johan Martinez-Rangel, de 22 años. Ambos están acusados del asesinato y violación de Jocelyn Nungaray.
El crimen ocurrió en junio de este año, y el cuerpo de la niña fue hallado en un arroyo bajo un puente en Houston.
Inicialmente, los acusados no calificaban para la pena de muerte, pero la evidencia de agresión sexual encontrada posteriormente elevó el caso a asesinato capital.
Kim Ogg, fiscal del distrito del condado de Harris, explicó en una entrevista con «Fox and Friends» que la decisión se tomó debido a «la solidez de las pruebas» y «la atrocidad del crimen».
Ogg también mencionó que ha mantenido conversaciones con los padres de la víctima, quienes apoyan esta medida.
El asesinato de Jocelyn Nungaray ha sido descrito como «grueso» y la evidencia presentada ha sido crucial para la decisión de buscar la pena máxima.
Ogg se mostró confiada en que un jurado de Texas condenará a muerte a los acusados basándose en las pruebas disponibles. «Estamos convencidos de que un jurado en Texas sentenciará a estos dos acusados a la pena de muerte con base en las pruebas que tenemos», afirmó Ogg durante su entrevista.