¿Cómo influye el estrés en las relaciones íntimas? Los 7 efectos y las recomendaciones de expertos

Kimberly Montilla
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El estrés es uno de los factores silenciosos que más afectan las relaciones íntimas, tanto a nivel emocional como físico.

Según la Clínica Mayo, en el deseo sexual pueden influir los factores psicológicos, las relaciones interpersonales e incluso los culturales. “Por ejemplo, la depresión, la ansiedad, una imagen corporal negativa, una relación nociva, y los antecedentes de abuso sexual o físico pueden repercutir sobre el deseo sexual“.

El doctor Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación REPRO, afirmó: “Una vida sexual satisfactoria no solo fortalece el vínculo de pareja, sino que también favorece la fertilidad. El deseo, la excitación y el orgasmo son, en sí mismos, un ‘ejercicio aeróbico’ de intensidad que aumenta la circulación, mejora la oxigenación, y el aporte de nutrientes, libera hormonas, eleva el bienestar y favorece que el sistema reproductivo funcione en su mejor versión», destacó el médico.

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De acuerdo al doctor Robert B. Weiss, sexólogo clínico y psicoterapeuta, “los efectos del estrés y la ansiedad, independientemente de su causa, pueden variar según la etapa de la relación (nueva o duradera), la dinámica relacional de la pareja y la capacidad de cada persona para gestionar estos sentimientos incómodos”.

Y añadió: “Para algunas personas, estos sentimientos pueden generar la necesidad o el deseo de distanciarse emocionalmente. Para otras, estos sentimientos pueden exacerbar conductas sexuales problemáticas, como la infidelidad, el consumo de pornografía y la actividad sexual compulsiva”, expresó en Psychology Today.

 ¿Hasta esta edad las personas pueden mantener relaciones sexuales óptimas? La repuesta la tienen los expertos.  
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7 EFECTOS DEL ESTRÉS EN LAS RELACIONES ÍNTIMAS

1. DISMINUCIÓN DE DESEO SEXUAL

Este es resultado frecuente de la sobrecarga emocional y mental. El exceso de responsabilidades, la preocupación constante y la falta de desconexión suelen generar un alejamiento del interés por la intimidad.

2. AUMENTO DE IRRITABILIDAD Y CONFLICTOS

Una combinación que suele interrumpir los momentos de cercanía en la pareja. Las discusiones recurrentes y la intolerancia mutua crean un ambiente tenso, dificultan la comunicación y la comprensión recíproca, lo que también afecta la vida sexual.

3. DIFICULTAD PARA RELAJARSE Y DIFRUTAR LA INTIMIDAD

El cuerpo y la mente en estado de alerta permanente presentan obstáculos para experimentar placer o presencia emocional durante el encuentro sexual. Este fenómeno se vincula con la incapacidad de “desconectar” de las preocupaciones externas, lo que interfiere en la respuesta sexual y el bienestar conjunto.

4. EL ESTRÉS PUEDO PRODUCIR DISFUNCIONES SEXUALES

La anorgasmia, la disfunción eréctil o el dolor durante el coito puede ser un efecto del estrés, muy común en la relaciones íntimas. Según la Clínica Mayo, “la ansiedad o la depresión sin tratar pueden ocasionar la disfunción sexual o contribuir a ella. Lo mismo sucede con el estrés crónico, los antecedentes de abuso sexual, la preocupaciones del embarazo y las exigencias de tener un bebé“.

5. LA INCOMUNICACIÓN SOBRE DESEO SEXUALES 

El estrés y la ansiedad, restringe la posibilidad de que la pareja encuentre soluciones o busque ayuda profesional.

6. PREOCUPACIONES SOBRE LA IMAGEN CORPORAL

Según explicó Weiss “el estrés y la ansiedad pueden llevar a excesos en las comidas y a una reducción del ejercicio, lo que a su vez puede generar inseguridad en la imagen corporal, particularmente en las relaciones nuevas”

7. DISTANCIA GEOGRÁFICA DE LA PAREJA

“Estar separados por cuestiones como viajes de trabajo y compromisos familiares puede generar una falta de cercanía y la comunicación virtual a menudo parece insuficiente”, reseñó Infobae.

RECOMENDACIONES DEL DOCTOR WEISS PARA FORTALECER LA INTIMIDAD 

  • Reservar tiempo exclusivo en pareja, con encuentros presenciales o citas virtuales en caso de distancia.
  • Comunicar abiertamente las fuentes de estrés y emociones, para fortalecer el vínculo y facilitar el apoyo mutuo.
  • Limitar compromisos laborales y sociales externos para priorizar la relación.
  • Crear pequeños rituales compartidos, como mirar una serie juntos o salir a caminar, que refuercen la intimidad.
  • Practicar el autocuidado con hábitos saludables, ejercicio y atención plena, para favorecer el bienestar y la confianza.
  • Organizar el tiempo y fijar límites para reducir el estrés y favorecer la conexión emocional.
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