Por María Laura García
Ya sea que estés sorteando las consecuencias de la crisis que desde hace tantos años atraviesa Venezuela o una situación caótica en lo personal, o una combinación de ambas, o tus referentes personales sigan desilusionándote, como por ejemplo tus padres, profesores, gobernantes o la Vinotinto, como para poder seguir en pie y motivados, quiero que sepas que aumentar la resiliencia puede ayudarnos a sobrellevar el estrés, la desilusión o desesperanza para así superar la adversidad y disfrutar de los mejores días que de seguro están por venir.
Últimamente, el mundo, y las circunstancias que atravesamos todos son capaces de tambalearnos emocionalmente. Es agotador pasar de una crisis a otra. Permanentemente experimentamos cambios drásticos en nuestra vida, incertidumbre económica, crisis política y social, enfermedades, perdidas de seres queridos, divorcios y más.
Y precisamente, vivir momentos difíciles impacta, sin duda, nuestro estado de ánimo, nuestra salud, nuestra perspectiva, confianza, fe y hasta la motivación, tanto que nos puede parecer incierto el cómo seguir adelante.
Aunque no hay manera de evitar el dolor que provoca las adversidades, la resiliencia es esa capacidad que nos facilitará el sobrellevar la pérdida, los cambios y el trauma.
¿Qué es eso que llaman resiliencia?
La resiliencia es esa capacidad muy valiosa de adaptarse a los eventos que cambian la vida de cada uno de nosotros para sobrellevar los tiempos difíciles y recuperarnos. Los resilientes tienen una mayor tolerancia a la angustia emocional y a la tristeza que originan las tragedias o dificultades y hasta nos permite sobrellevar mejor el trauma. La resiliencia ayuda a mantener una perspectiva positiva ante un futuro incierto y sentir menos temor.
¿Cómo aumentar la resiliencia?
Si es eres como yo, muy sensible a la angustia emocional que generan las adversidades, no lo veas como una debilidad de carácter, porque la resiliencia es una cualidad que puede construirse, solo debemos decidirnos a desarrollarla y cultivarla.
Para comenzar es útil, reflexionar sobre las experiencias traumáticas o difíciles del pasado para entender que todo amerita un proceso y accionar, pero que en definitiva todo, tarde o temprano se supera en función de una dinámica natural que amerita un tiempo. Si piensas en eso y confías, eso te llenará de confianza, pero adicionalmente te puede facilitar el recordar algunas recciones negativas que no debes repetir, así como, los aspectos positivos resultantes de experiencias pasadas.
Todo lo anterior seguramente fortalecerá tu determinación, tu sentido de la empatía para contigo y los demás y, con el tiempo, permitirte evolucionar como ser humano.
Trabajar tu resiliencia para construirla como una habilidad te permitirá mantenerte enfocado, flexible y productivo en épocas buenas y malas. Te será más sencillo dominar el temor para no dejarte llevar por la inseguridad.
Sumará a tu propósito de convertirte en alguien resiliente, no descuidar tus relaciones con los que te rodean y mejorar tus habilidades de comunicación en momentos problemáticos.
Además, busca no descuidarte como persona y haz todo lo posible para que no disminuya tu autoestima, esto es fundamental. Practica la aceptación de las circunstancias y tus sentimientos, no los niegues o evadas, no te hagas resistentes a ello, dicha postura emocional incluso puede enfermarnos físicamente.
Sin ecua non: Acepta la situación y acciona para mejorarla, solo eso. El cambio es una parte inevitable de la vida, solo enfócate en aquello que sí puedes controlar.
Además, permítete vivir el duelo de tus pérdidas, eso lleva su tiempo, pero no te apartes de tu entorno afectivo, es más, acércate más a los demás. Conecta cada vez que puedas con tus amigos y con tu familia, y trata de siempre ampliar tus relaciones sociales.
Algo vital, en nuestros bajones o baches, es evitar a las personas negativas pues no suman y te hacen complicado poner el foco en lo bueno de la vida.
Por otra parte, es muy importante repetirlo porque ya te lo mencioné antes, es que, a pesar de estar en momentos duros, invierte en tu cuidado personal, por ejemplo, no dejes de hacer ejercicios, trata de dormir bien implementando hábitos que te ayuden a mejorar la calidad de tu sueño, come bien y sin excesos sobre todo evitando los azúcares refinados pues, por contradictorio que parezca, te suben el ánimo unos minutos y luego te sumergen en la más profunda tristeza y falta de energía.
Por último, busca un significado y propósito de vida, algo que te mantenga motivado y te permita dejar de pensar en tu fracaso o problema actual. Busca un pasatiempo, distráete, mantente motivado, celebra tus pequeñas victorias diarias y por encima de todo, expresa gratitud ante cada cosa buena, por chiquitica que sea, que te suceda a diario.
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