Las autoridades españolas determinaron que la primera célula del Tren de Aragua, localizada en ese país, se estaba preparando para desatar una guerra con otras organizaciones traficantes de primer nivel, con el fin de competir de forma más violenta por el control del territorio y las sustancias ilícitas.
El brazo de la organización, nacida en las cárceles venezolanas, se alistaba para pasar a la acción después de una primera fase de asentamiento. Sin embargo, una operación de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional desbarató sus planes el jueves.
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Se supo que la célula del Tren de Aragua contaba con integrantes cuyas edades rondaban los treinta años para asentarse en España. Tales personas sirvieron de anfitriones del hermano del Niño Guerrero, líder de la banda, cuando arribó a Barcelona con la finalidad de poner en marcha el plan delictivo, pero quedó detenido en marzo.
Desde su arresto, el Tren de Aragua continuó rodando por lujosos pisos ubicados en El Cañaveral (Madrid) y el Raval (Barcelona). El objetivo de todo era hacerse fuertes, pues consiguieron echar raíces y estaban cerca de pasar a la siguiente fase, lo que desató una severa batalla entre bandas tanto en Madrid como en Barcelona.
LO QUE SIGUE AHORA
Tras el desmantelamiento de la célula, la Comisaría General dejó claro que no tiene planes de bajar la guardia ante la posibilidad de que intenten nuevamente instalarse en España. Incluso, se dedicarán ahora a analizar todos los teléfonos intervenidos a los 13 detenidos, según El Mundo.
Por lo anterior, seguirán las pesquisas para detectar a otros miembros de la organización en el país, sobre todo sus ramificaciones internacionales.
En total, arrestaron a ocho miembros de Tren de Aragua en Barcelona, dos en Madrid y tres en Gerona, A Coruña y Valencia. Cuatro de ellos ya ingresaron en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional, Antonio Piña.
De momento, no se sospecha que exista una conexión política en su implantación en España.

