Un hombre de 30 años, falleció luego de tropezar y caer sobre una hilera de pinchos de hierro incrustados en una propiedad privada, como parte de una medida de seguridad para evitar que las personas se sienten en el lugar en Montevideo, Uruguay.
La víctima, identificada como Facundo, iba caminando junto a su familia cuando ocurrió el fatal accidente. Uno de los pinchos atravesó su pómulo derecho y se incrustó en dirección al hemisferio izquierdo de su cerebro.
El hombre ingresó de urgencia a una unidad de terapia intensiva, donde pasó 27 días, la mayoría en coma. Durante este tiempo, enfrentó complicaciones graves, incluida una pérdida de líquido cefalorraquídeo y un infarto cerebral que afectó el 90% del hemisferio izquierdo de su cerebro. Finalmente, perdió la vida.
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La «arquitectura hostil» urbanística incluye elementos como pinchos, piedras y estructuras que buscan evitar que personas en situación de calle usen espacios públicos para descansar o refugiarse.
En respuesta a la tragedia, el Municipio B de Montevideo ordenó la remoción de todos los pinchos en la zona donde ocurrió el accidente.
Según un informe del Municipio B, elaborado en conjunto con la Universidad de la República y el colectivo Ni Todo Está Perdido, este tipo de infraestructura “es potencialmente peligrosa, inhibe la libre circulación urbana y atenta contra la convivencia en el espacio público”.
El intendente de Montevideo, Mauricio Zunino, aseguró que los elementos punzantes como los pinchos ya están prohibidos por normativa municipal y que las autoridades están promoviendo su remoción en el espacio público. Además, explicó que el gobierno de la capital está trabajando en una regulación más clara para abordar todas las formas de arquitectura hostil, con el objetivo de garantizar una ciudad más inclusiva y segura.
