Regalos de Navidad seriamente amenazados desde ya por estas medidas económicas de Trump

Luis Alfredo Ledezma
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A medida que se acerca la temporada de Navidad, los minoristas estadounidenses enfrentan una tormenta comercial que podría empañar las celebraciones: los aranceles impuestos por el gobierno de presidente de EEUU, Donald Trump.  
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A medida que se acerca la temporada de Navidad, los minoristas estadounidenses enfrentan una tormenta comercial que podría empañar las celebraciones: los aranceles impuestos por el gobierno de presidente de EEUU, Donald Trump.  

Según muchos de los comerciantes, los aranceles están generando incertidumbre, alzas de precios y escasez de productos clave para la Navidad.  

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De acuerdo con lo reseñado por The Associated Press, empresas como Balsam Hill, especializada en decoraciones navideñas, han tenido que reducir sus catálogos. Esto, debido a la volatilidad de los costos de importación.  

En concreto, la denuncia se centra en que la planificación habitual para estas fechas, que comienza en verano, se ha visto interrumpida por la constante modificación de tarifas. Esta situación obligó, en consecuencia, a los comerciantes a reorganizar sus pedidos y estrategias de abastecimiento. 

Uno de los sectores más golpeados es el de los juguetes, cuya cadena de suministro depende en un 80 % de importaciones desde China. 

La imposición de un arancel del 145 % sobre productos chinos provocó retrasos en los pedidos, que normalmente se realizan en abril, y que este año se pospusieron hasta finales de mayo.  

Aunque posteriormente se redujo la tarifa tras una tregua comercial, la incertidumbre persiste. Los juguetes apenas están llegando a los almacenes, y los comerciantes temen no poder reabastecerse si algún producto se vuelve viral en otoño. 

Los efectos de los aranceles no se limitan a los proveedores. Los consumidores también sentirán el golpe en sus bolsillos. Tiendas como JaZams han tenido que eliminar hasta la mitad de sus productos habituales debido al aumento de los costos mayoristas, que en algunos casos alcanzan el 20 %.  

Es por ello, que los comerciantes se ven obligados a elegir entre subir precios o reducir márgenes. Todo en un contexto donde los compradores ya muestran resistencia a pagar más. Lo que se advierte, es que la oferta será más limitada, y muchos artículos podrían desaparecer de los estantes antes de diciembre. 

La falta de claridad sobre qué productos estarán disponibles y cuándo llegarán complica la estrategia de ventas navideñas, que tradicionalmente depende de una planificación precisa y anticipada.

Ante este panorama, algunos comerciantes y consumidores están explorando alternativas locales. Aunque los productos nacionales también enfrentan desafíos, como el encarecimiento de materias primas importadas, existe una creciente disposición a apoyar la producción interna.  

Sin embargo, esta transición no será inmediata ni suficiente para compensar la escasez provocada por los aranceles. Por esta razón, la Navidad de 2025 se perfila como una prueba de fuego para el comercio minorista. La creatividad y adaptación serán clave para sobrevivir a una temporada marcada por la incertidumbre.

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