Por María Laura García
Si me preguntan a mí, respondería que sí. Al ser humano nos encanta “controlarlo” todo e incluso creer que eso es posible, cuando sabemos que no es así y por tanto, muchas veces vivimos amarrados a nuestra zona de confort, es decir, sumergidos en “espacios” en los cuales sacrificamos toda posibilidad de tener éxito en eso de alcanzar lo que soñamos, porque preferimos no hacer más que eso que nos da tranquilidad. ¿Por qué? Porque pensamos que no seremos capaces, o que pasará lo peor, o que las circunstancias del país no nos permitirán avanzar, que todo es malo, que la gente nos hará daño, en fin, que nada es posible.
Todo eso es lo que el miedo o la inseguridad hacen en nuestras vidas, razón por la cual creo que es el gran enemigo a vencer. No por ello, considero que es injustificable que lo sintamos, por el contrario, creo que el primer paso es admitir, es normal ser débiles y sentirlo, para luego comenzar a buscar las herramientas que nos permitan vencerlo, dominándolo. Ahora bien, no nos engañemos, el miedo siempre va a estar allí, entendamos que se trata de una lucha de por vida así que no te desanimes, solo mantente dispuesto a sentirte valiente una y otra vez, y eso no es malo, porque siempre te regalará un poquito de amor propio. Se trata de irte alimentando de las pequeñas batallas.
¿Qué es el miedo?
El miedo es una emoción natural que nos puede paralizar abrumadoramente y que se caracteriza por hacernos experimentar una sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real o imaginario. Se trata de una de las pocas emociones básicas que compartimos con los animales, y que como a éstos, nos hace reaccionar, en algunas ocasionas bien, en otras mal, sea este peligro cierto o no.
Esta emoción primitiva nos prepara para la supervivencia, para dar una respuesta rápida y eficaz ante una amenaza; y que resulta muy inútil cuando esas amenazas o riesgos solo están en nuestra cabeza porque se derivan de “suposiciones” por nuestra falta de control o certezas.
¿Qué provoca el miedo?
Este mecanismo de defensa, cuando se experimenta de manera injustificada, trastoca nuestros pensamientos en imágenes negativas acerca del estímulo o situación temida, pero además, hay una mala interpretación que muchas veces no termina concretándose.
Pero esta percepción exagerada o equivocada no sólo perturbara nuestra mente, sino que las emociones que provocan dichos pensamientos originan sensaciones corporales desagradables, como aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, contracción muscular, temblor de piernas y manos, sudoración, bloqueos, tics, expresiones faciales como palidez del rostro y piel de gallina, si ese miedo es muy intenso. Esa es la causa de que en los últimos tiempos sea muy común que las personas sufran ataques de pánico; en medio de los cuales el afectado se paraliza, escapa, llora e incluso, hasta se le dificulta respirar.
Tipos de miedo…
Hay muchos tipos de miedo, el real o normal el que surge por ejemplo, cuando te amenazan con un arma, ves una culebra, te enviste un carro, etc.. El miedo irreal o irracional, que es imaginario, distorsionado y catastrófico, por ejemplo, el miedo a hablar en público o el miedo a volar, que son simplemente miedos no adaptativos, en los que en realidad no existe un peligro. Miedo patológico, que está activado permanentemente en el que lo sufre, aunque no haya peligro y puede prolongarse indefinidamente para no dejarle vivir normalmente.
El miedo social en el cual la persona siente temor a ser ridiculizada o juzgada por los demás. El miedo al compromiso o a perder la libertad. El miedo al fracaso o a la soledad, a la muerte, en fin, hay muchos tipos de miedo, pero todo se resume en lo que escribí inicialmente: el miedo a no tener el control de nada y lo que eso genera en cuanto a que no podemos predecir lo que va a suceder. Yo lo resumiría en que todos experimentamos un miedo enorme a vivir.
¿Cómo batallar con el miedo ¿Cómo vencerlo?
Como dije al principio, el paso inicial es identificar esos miedos, pensar solo y acompañados en ellos, para analizarlos y determinar sin son justificados o no, ver los pro y contra de enfrentarlos y comenzar a accionar para salir de la paralización y disconfort que provocan.
¿Es fácil regularizar esta emoción? Pues no, por eso habla, habla y habla. Pide ayuda a amigos que consideres confiables y si puedes, con un profesional de la salud mental. Esto, sería lo ideal.
Toma en cuenta que puedes regular la emoción mientras la tengas identificada. Poco a poco, puedes modular su intensidad o duración, para irte adaptando y así actuar.
Pon atención en ¿Cómo ese temor te afecta? ¿Qué te impide hacer o cómo te hace sentir? ¿Cómo te hace reaccionar? Esto te permitirá establecer estrategias que puedan ayudarte a tomar el control de ti mismo.
Practicar el mindfulness y hacer ejercicios de respiración diafragmática profunda te puede ayudar a pensar mejor para responder efectivamente todas esas preguntas. También te permitirá calmar todas las consecuencias orgánicas o fisiológicas que se derivan del miedo. En fin, este tipo de respiración ayuda a relajar la mente y el cuerpo.
Considera que, a pensar que en muchos casos, los miedos no son tu responsabilidad, si depende de ti desprenderte de ellos. Usa tu imaginación de forma positiva, en lugar de dejar que ésta te sumerja en lo que te aterra, úsala para superar el miedo visualizando que estás superando con calma precisamente esa que generalmente te da temor.
Rétate todos los días, saliendo de tu zona de confort, el hecho de acostumbrarte a hacer siempre aquello que no te gusta o te aterra, te llenará de confianza para cada día atreverte más. Es más, si fallas, porque es una posibilidad, no importa, quédate solo con la fuerza que tuviste para dar el paso y piensa que para la próxima lo puedes lograr.
Todo el mundo puede fracasar, los dueños de negocios exitosos, líderes mundiales, chefs, artistas, científicos y doctores. Parte de la superación del miedo es reconocer que todos, incluidos los que conoces y admiras, han fracaso en algún momento.
Finalmente …
Cuanto antes te des cuenta de que tu miedo al fracaso te impide tomar la decisión de cumplir tus sueños, mucho antes podrás atreverte y accionar para superarlo; y si el temor es demasiado grande y sientes que te supera, como ya te dije, pide ayuda pues no tiene nada de malo, el que está libre temor que lance la primera piedra.
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