Una mujer originaria de Costa Rica fue asesinada por su esposo e hijo de 18 años en su propia casa ubicada en el condado de Sequatchie, Tennessee, Estados Unidos.
La víctima respondía al nombre de Silvia Vilchez. En la casa los agentes encontraron varias manchas rojas en la alfombra que se cree que son de sangre, salpicaduras rojas en las paredes, escritorios y fotografías, y una aspiradora industrial que contenía lo que parecía ser sangre.
Los restos del cuerpo aparecieron posteriormente en una pila de cenizas fuera de la casa en una zona boscosa.

REGISTRARON LA CASA
Según los informes, los agentes ejecutaron una orden de registro el 30 de octubre después de declaraciones contradictorias de su esposo, David W. Gardiner, y su hijo, Gabriel M. Vilchez, quienes primero dijeron a los oficiales que la mujer estaba en Costa Rica.
Pero los informes indicaban que la localización del teléfono móvil de la víctima se encontraba en la residencia.
Durante un interrogatorio grabado, Gabriel Vilchez admitió haber golpeado a su madre con un bate de béisbol mientras su padrastro observaba. Dijo que luego la arrastraron y quemaron sus restos.

Gardiner, de 64 años, y Vilchez, enfrentan cargos por homicidio y profanación de cadáver. Ambos permanecen detenidos en el Centro de Justicia del Condado de Sequatchie.
Los vecinos de la comunidad de Lewis Chapel afirmaron que el padrastro y el hijo parecían tener una relación afectuosa.
También aseguraron que la mujer fue una miembro activa de su comunidad antes de su muerte.

