El brutal caso de canibalismo que conmociona a Chile, habló el dueño de la casa donde ocurrió todo

Carlos Ramiro Chacín
3 Min de Lectura
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La sociedad chilena está conmocionada por el caso de Benjamín Bordillo Catrimán, de 25 años, quien habría asesinado y devorado a dos personas. Uno de los protagonistas del siniestro, el dueño de la casa donde se dieron los hechos, rompió el silencio.

De acuerdo a las investigaciones, Bordillo ocupó una vivienda en la comuna de Pudahuel, relegando al dueño a una habitación al fondo. Aunque era su casa, el hombre asegura no tuvo conocimiento de los brutales crímenes.

«Yo nunca supe nada. Yo nunca supe. Si yo hubiese sabido algo, hubiese escuchado algo. Yo tenía que salir. Llegaban pistolas, llegaban armas. Peligraba mi vida. Tráfico de todo», afirmó el hombre, cuya identidad no ha trascendido.

Captura de pantalla

Las autoridades consideran que Bordillo infundió miedo y mantuvo sometidos al dueño de la vivienda y otras personas que vivían en los alrededores. En tal sentido, impuso una jerarquía en el sector, dejando claro el nivel de control que tenía el hombre.

En esa vivienda, Bordillo habría asesinado a Bernarda Morales, de 45 años, y a su pareja, identificado solo como Arturo. Después descuartizó los cadáveres y los enterró en una zona aislada en el sector de Claudio Arrau con Isla Portezuelo.

BORDILLO HIZO «ASADOS»

Las autoridades encontraron los cuerpos dos meses después y Bordillo fue detenido el 9 de noviembre, al igual que otras tres personas. El caso salió a la luz gracias a una llamada de unos de los cómplices a la hija de Bernarda.

«El Benja los tenía ahí, los tenía secuestrados y les pegaba. Después se le pasó por la mente. Al Arturo lo degolló entero… A ella también, todo lo mismo. Están los dos enterrados ahí», relató la hija, Catherine Saelzer.

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En el marco de las investigaciones, una vecina declaró que Bordillo hizo «dos asados». «Una que era así como un pedazo de torso, y otro que yo no alcancé a ver, pero era carne de una persona», aseguró.

La fiscal encargada del caso, Bárbara Ramírez, dijo que el desmembramiento se hizo con un serrucho. Además, confirmó que faltan parte de los cuerpos, tal como confirmó la hija de la víctima.

El Ministerio Público pidió cadena perpetua para Bordillo y otros dos acusados. Mientras tanto, la familia de Bernarda exige la máxima pena. «No la pude velar, verle la cara. Que se haga justicia por mi mamá», dijo su hija.

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