Por la Dra. Carmen Mantellini
Termina abril, mes en el cual asegurar la salud íntima ha sido la punta de lanza, y por eso es importante hablar sobre los riesgos que trae a nuestra salud, que mantengamos infecciones ginecológicas persistentes, más allá de lo que puede ser visible.
La falta de controles ginecológicos y la exposición a entornos húmedos (playas, piscinas) incrementan en mujeres el riesgo de infecciones persistentes que van a ser luego difíciles de tratar y erradicar.
El 25% de los casos de infertilidad se vinculan a Enfermedad Inflamatoria Pelviana causada por infecciones por gérmenes de transmisión sexual no diagnosticadas ni tratadas a tiempo, como clamidia o gonorrea.
¿Por qué hay mayor vulnerabilidad?
● Cultura de silencio: El 65% de las mujeres no habla de síntomas por vergüenza.
● Acceso limitado a salud preventiva: Se estima que solo el 20% de los centros de salud en zonas rurales ofrecen pruebas de ITS.
¿Por qué no auto medicarse?
Usar remedios caseros o medicamentos sin supervisión médica puede empeorar las infecciones ginecológicas. La candidiasis, por ejemplo, requiere antifúngicos, mientras que la vaginosis bacteriana necesita antibióticos específicos.
Cada infección tiene un tratamiento distinto. Auto diagnosticarse puede enmascarar problemas graves.
Solo un profesional puede indicar la terapia adecuada tras una evaluación personalizada. La solución está en romper estigmas y priorizar la prevención. Vacunas, preservativos y revisiones anuales son clave.
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