La prohibición de vender bebidas alcohólicas en los estadios donde se disputará el Mundial de Qatar agarró desprevenido a más de uno.
Ante esta irregular situación para los fanáticos futboleros, estos dejaron saber su inconformidad a los organizadores.
«¡Queremos cervezas!», fue el canto que resonó en el estadio donde se celebró el juego inaugural entre los dueños de casa y Ecuador.
Los fanáticos ecuatorianos fueron los encargados de encender la llama, con el cántico que no tardó en hacerse viral.
Es importante recordar que los organizadores habían anunciado que el régimen qatarí permitiría la venta de bebidas alcohólicas dentro de los recintos, en zonas especialmente acondicionadas para ello.
No obstante, a días de iniciar el magno evento del deporte rey, las autoridades de ese país echaron para atrás su decisión y anunciaron que no venderían cerveza en los estadios.
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ECUADOR ARRANCÓ CON EL PIE DERECHO
El pistoletazo de salida del Mundial de Qatar se saldó con una lección de fútbol dictada por Ecuador a los anfitriones.
Enner Valencia, el capitán de los meridionales, fue el más valioso del partido tras anotar los dos goles con los que su equipo se impuso 2-0.
Qatar, la única debutante en el Mundial, fue muy inferior a Ecuador y los qataríes no supieron aguantar hasta el final el dominio de su rival. Su afición fue abandonando las gradas ya desde el descanso.
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Así, el Al Bayt, una gigante jaima construida en medio del desierto, a las afueras de Al Khor, comenzó radiante y acabó tan desangelado como su entorno. Demostrando uno de esos lugares surrealistas donde ha querido llevar la organización el Mundial.
Cuando se apagaron las luces de la ceremonia inaugural, cuando el artificio de los fastos dejó paso al fútbol, la selección que llevaba doce años esperando este momento se diluyó ante el empuje de una Tri que ha sabido conformar un bloque compacto, serio y competitivo, de la mano de un Gustavo Alfaro, que ha dado identidad a un grupo de jóvenes que articulan la nueva generación ecuatoriana.