La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó este lunes, 7 de octubre, la apelación presentada contra la polémica ley de Texas que prohíbe los abortos en casos de emergencia.
El Tribunal Supremo confirmó que las leyes estatales, que restringen el aborto, tienen prioridad sobre las leyes federales que garantizan atención médica de emergencia.
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A pesar de los esfuerzos de la Administración del presidente de EEUU, Joe Biden, por defender el acceso al aborto, los tribunales de apelación han confirmado una vez más la prevalencia de las leyes restrictivas en estados conservadores, asestando un nuevo golpe a los derechos reproductivos.
A través del Departamento de Justicia, la Administración Biden buscaba que el fallo en la Corte de Apelaciones fuera anulada y enviada a la corte de Distrito para otros procedimientos. Esto, debido a que la prohibición en Texas anuló la orientación del Departamento de Salud y Servicios Humanos sobre atención de emergencia en casos de abortos.
Desde la revocación de Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema en 2022, la Administración Biden ha intentado implementar medidas para proteger el acceso al aborto. Por lo tanto, esta reciente decisión representa un revés significativo.
Así Texas cuestionó las directrices federales sobre el aborto, incluso en casos de complicaciones de salud para la madre, afirmando que las leyes estatales deben tener prioridad.
La situación en Texas se asemeja a la de Idaho con respecto a la ley federal de 1986, conocida como la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Parto (EMTALA), ya que la ley estatal contravenía los principios de la ley federal. Sin embargo, en Idaho, los jueces federales permitieron que se brindara atención a las embarazadas en situaciones de emergencia.