¡No está mal sentirnos «mal» pero no lo normalices!

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Por Caraota Digital 7 Min de Lectura
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Por María Laura García 

No existen emociones positivas o negativas, simplemente hay alteraciones o variaciones de nuestro estado del ánimo según los que nos suceda. Y esos estados de ánimo son clave para ser eficientes emocionalmente, por tanto, no debemos negarlos o suprimirlos. No se trata entonces de evadir o negar algunas, sobre todo de aquellas que culturalmente asociamos a malestar, como la tristeza, el miedo, el enfado o la rabia.

Lo que tenemos es que conocernos para, dentro de nuestra humanidad no perfecta, aprender a regular o gerenciar nuestros estados de ánimo sean de alegría, entusiasmo, enojo, miedo, apatía porque lo que si nos puede meter en problemas es cómo reaccionamos cuando las sentimos, es decir, si nos cegamos y dejamos de ser objetivos al momento de actuar, tanto con las agradables o desagradables. Si nos “regulamos” eficientemente la mayor parte del tiempo encajaremos mejor en nuestro entorno y afrontaremos mejor la vida.

No es reprimir cualquier emoción, es analizarla, comprenderla, tener claro por qué surge para luego saber qué nos gusta y que no; qué debemos evitar y cómo podemos procesar mejor lo que sentimos. Una emoción es aquello que precisamente sentimos ante lo que nos sucede y es lo que nos lleva a la acción, para protegernos o no, así que son necesarias como, por ejemplo, el miedo que nos lleva a huir de un peligro.

Por tanto, no debemos impedir experimentar dichas emociones, lo que sí es vital, es analizarlas para entender nuestras dinámicas internas y dominarlas en la medida de lo posible, ya que los sentimientos nos aportan una información muy valiosa, porque nos dicen cómo estamos, qué necesitamos o queremos, qué nos asusta o enfada, etc.; y es necesario darnos cuenta de todo.

Si evadimos o negamos lo que pasa por nuestra cabeza quedamos sin resolver los conflictos más íntimos y esto nos va a mantener sumergidos el sufrimiento, disconfort o insatisfacción sin darnos cuenta de la causa o de nuestras carencias. Y estos sentimientos de tristeza o miedo van a seguir estando allí, sin desentrañarse y manifestarse, dando pie a problemas interpersonales, de sueño, de salud y pare usted de contar.

Repito, NO está mal tener un mal día, pues la tristeza o pesadumbre “temporal” son completamente normales, tanto como la alegría o como el amor; entendamos que las emociones son reacciones automáticas, por lo que son parte de nuestra naturaleza. Entonces, NO las niegues, solo conócelas y ten claro que las provoca.

Exigirnos que debemos estar bien en todo momento, nos hace sentir culpables cuando no lo conseguimos. El sufrimiento es algo inherente a la vida y el positivismo patológico nos lleva a creer que hay que estar bien en todo momento y eso NO es sano tampoco porque nos puede poner en un extremo enfermizo que es la negación y no resolución de nuestra vida, es decir, nos impide enfrentar la situación que nos genera malestar solucionándola si está en nuestras manos.

Según expertos, la evitación emocional es uno de los orígenes de los problemas de salud mental. Si no comprendemos lo que estamos sintiendo, no podremos trabajar en ello para actuar en función del autoconocimiento y organizarnos para así vivir mejor e incluso lograr lo que deseamos.

Las emociones organizan nuestra identidad, nos ayudan a conocernos y saber quiénes somos. Cada vez que NO escuchamos lo que sentimos, empobrecemos el conocimiento que tenemos de nosotros mismos.

Como lo dije al inicio, el punto importante está en cómo exteriorizamos nuestras emociones, qué tan asertivos somos al exteriorizarlas o comunicarlas. Y también en no dejar cronificar el malestar, pues si vemos que gracias al autoconocimiento no podemos superar esa emoción y nos desborda, es imperante buscar ayuda y eso, también está bien y es normal.

Por tanto, los invito a buscar apoyo en los que les rodean y en los expertos de la salud mental. Si llevan más de dos semanas con síntomas persistentes de malestar, o hasta depresión y/o ansiedad, es bueno consultar para evitar que la bioquímica cerebral se trastoque, recuerden que el cerebro es un órgano como cualquier otro, que puede afectarse si no lo cuidamos.

A pesar de la constante difusión sobre el tema …»todavía no hay una conciencia clara de qué es la salud psicológica. No solo se trata de enfermedades graves como la depresión, la ansiedad y otros trastornos … también se trata de emociones básicas como la rabia, el miedo o la vergüenza, que mal gestionadas pueden generar un profundo sentimiento de insatisfacción», Ana Luque, psicóloga sanitaria.

Finalmente …

Ciertamente, por el agite diario, no dedicamos tiempo a ver nuestro mundo interior, hacemos como si no existiese, y eso nos aleja del aprendizaje y la evolución emocional. Amigos, insisto, es natural no siempre estar bien, no debemos culpabilizarnos o esquivarnos a nosotros mismos, porque esto nos paraliza, enferma psíquicamente y nos aleja de la solución.

Debemos aprender a procesar de forma realista lo que sentimos ante lo que nos ocurre y si no pueden sentirte mejor solos, después de un tiempo no muy largo, por favor, busquen ayuda. Aunque en teoría lo tengamos “todo” y aun así nos sentimos mal, ese “malestar” es una invitación a revisarse con minuciosidad y lo ideal es hacerlo de la mano de un experto.

Tenerlo TODO no siempre es sinónimo de sentirnos completos y felices», y es allí cuando más tenemos que trabajar en nuestra salud emocional. Sintetizando, las emociones negativas nos dicen que hay algo que ha roto nuestro equilibrio y necesita ser restaurado ¡manos a la obra!

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