Por la Dra. Carmen Mantellini
Un mioma abortivo es un tipo de fibroma uterino que se ha desprendido del útero y ha pasado del cuello uterino a la vagina. También se le llama fibroma pediculado o prolapsado. Puede causar síntomas como sangrado, dolor, infección u obstrucción del canal vaginal.
Los fibromas uterinos son tumores benignos que crecen dentro o alrededor del útero, que es el órgano en el que crece un bebé durante el embarazo. No son cancerosos y rara vez se convierten en cáncer. Pueden causar períodos pesados o dolorosos, presión pélvica, micción frecuente e incluso dificultad para evacuar.
Se desconoce la causa exacta de los fibromas uterinos, pero puede implicar cambios genéticos, hormonas u otros factores aún desconocidos. Según algunas fuentes, los fibromas uterinos pueden afectar a al menos 7 de cada 10 mujeres, en algún momento durante su vida fértil. Sin embargo, no se conoce el número exacto de mujeres con fibromas, porque muchas mujeres no tienen ningún síntoma y no buscan atención médica.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar fibromas incluyen la genética, hormonas, obesidad, dieta, presión arterial alta y raza. Las de raza negra tienen más probabilidades de desarrollar fibromas y tienden a tenerlos más grandes y sintomáticos.
En muchos casos, los miomas abortivos empiezan siendo miomas submucosos. Es un tipo de fibroma uterino que crece justo debajo del revestimiento del útero y puede empujar hacia la cavidad uterina. También se le llama fibroma submucoso o leiomioma submucoso. Es el tipo menos común de fibroma uterino, pero a menudo causa la mayoría de los problemas por su ubicación. Además, se clasifican en tres tipos: tipo 0, que son pedunculados (unidos por un tallo) y completamente dentro de la cavidad; tipo 1, que son menos del 50% intramuros (dentro de la pared); y tipo 2, que son más del 50% intramuros.
Con las contracciones uterinas que ocurren en cada menstruación, es probable que aumente el riesgo de aborto o expulsión de estos miomas hacia el cuello y el canal vaginal, generando mucho dolor y sangrado abundante que no va a ceder hasta tanto no se expulse o se remueve por completo. Los miomas submucosos sangrantes y los miomas abortivos puede requerir extirpación quirúrgica que puede ser realizada por Histeroscopia, una cirugía que se realiza sin cicatrices, a través del canal vaginal.
El diagnóstico suele hacerse en consultorio, con el examen clínico y un ecosonograma. En algunos casos, el sangrado produce anemia, que debe ser atendida al resolver el sangrado.
Algunos tratamientos tienen como objetivo reducir los fibromas o aliviar los síntomas, mientras que otros eliminar los fibromas o todo el útero, por lo que es importante discutir los beneficios y riesgos de cada opción con tu ginecólogo de confianza.
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