El caso de los hermanos Menéndez, Lyle y Erik, ha vuelto a captar la atención pública tras más de tres décadas desde el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en 1989. Y la dureza del fiscal de distrito de Los Ángeles, Nathan Hochman, no se hizo esperar.
Sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, los hermanos enfrentan ahora un proceso judicial que podría redefinir su destino.
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La audiencia programada en Los Ángeles para este viernes, 11 de abril, busca determinar si tendrán derecho a una resentencia, una posibilidad que ha generado un intenso debate entre las autoridades judiciales y la sociedad.
Sin embargo, Hochman expresó su firme oposición a la reconsideración de la sentencia.
Según Hochman, los hermanos no han asumido plena responsabilidad por sus crímenes y han mantenido una narrativa de «mentiras y engaños» durante más de 30 años.
Esta postura contrasta con la moción presentada por el anterior fiscal, George Gascón, quien había abierto la puerta a una posible resentencia.
Hochman argumentó, que la falta de arrepentimiento de los Menéndez, es un factor clave para rechazar cualquier cambio en su condena.
La defensa de los hermanos sostiene que los crímenes fueron cometidos en defensa propia, alegando que temían por sus vidas debido al abuso físico y psicológico que sufrían por parte de sus padres.
Sin embargo, los fiscales en los años noventa desestimaron este argumento, señalando que el motivo real detrás de los asesinatos era la codicia, ya que los hermanos buscaban heredar la fortuna familiar.
Actualmente, la defensa insiste en que los crímenes deberían ser considerados como homicidio involuntario, lo que podría permitir su liberación.
El caso también ha adquirido un matiz político, con acusaciones de que las decisiones judiciales están influenciadas por intereses partidistas.
Hochman ha negado cualquier motivación política, mientras que algunos analistas sugieren que el gobernador de California, Gavin Newsom, podría intervenir en el caso mediante un indulto si no se aprueba la resentencia.

¿ES UN CASO POLÍTICO?
El abogado de defensa penal Brian Claypool, quien no está involucrado en el caso, aseguró a Fox News que el asunto parece ser más un “juego político” entre Hochman y Newsom.
Claypool destacó que Newsom solicitó recientemente una evaluación de riesgos de los hermanos a través de la Junta de Libertad Condicional del estado, lo cual podría indicar, efectivamente, la posibilidad de un indulto en el caso de que el juez no apruebe la resentencia.
“Cuidado con lo que se desea, porque creo que, al final, los hermanos Menéndez probablemente obtendrán la libertad condicional, ya sea mediante resentencia o por clemencia del gobernador”, aseguró Claypool a Fox News.
Además, opinó que, aunque Hochman presenta oposición pública debido a su posición política, “en el fondo sabe que es probable que pierda esta batalla, especialmente porque el sentimiento público apoya a los Menéndez teniendo una segunda oportunidad”.