El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció una reducción significativa en los aranceles impuestos a decenas de países, justificando la medida al afirmar que “la gente se estaba asustando un poco” debido a las tensiones comerciales.
De acuerdo con diversos analistas, esta decisión busca aliviar las preocupaciones globales y reestructurar la política comercial estadounidense.
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Sin embargo, Trump dejó claro que los productos provenientes de China seguirán sujetos a un arancel del 125 %, argumentando que el país asiático es “el mayor abusador de la historia” en términos de comercio internacional.
“Debíamos hacerlo, por lo que nos estaba pasando con el intercambio de bienes. China es el mayor abusador de la historia. No era sustentable lo que estaba sucediendo”, enfatizó Trump.
La nueva estructura arancelaria establece un impuesto del 10 % para la mayoría de los países, incluidos socios comerciales clave como México y Canadá.
Además, se anunció una pausa de 90 días en la aplicación de aranceles adicionales para aquellos países que no han tomado represalias contra EEUU.
Según Trump, más de 75 países han mostrado interés en negociar acuerdos comerciales, lo que refleja un esfuerzo por reducir tensiones con aliados estratégicos mientras se mantiene una postura firme frente a Beijing.
Esta medida ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros. Wall Street experimentó un repunte significativo, con el índice S&P 500 registrando su mejor día desde 2008.
Los analistas atribuyen este optimismo a la pausa en los aranceles, que ofrece un respiro temporal a las empresas y a los inversores. Sin embargo, persisten las incertidumbres sobre la política comercial a largo plazo, especialmente en lo que respecta a las relaciones con China.
A pesar de los beneficios aparentes, la decisión también ha generado críticas. Algunos expertos consideran que la estrategia de Trump podría ser insuficiente para resolver los problemas estructurales del comercio global.
Además, la falta de claridad sobre los próximos pasos en las negociaciones con China y otros países ha dejado a muchos observadores cuestionando la sostenibilidad de esta política.