El gobierno de EEUU anunció una nueva estrategia migratoria que busca triplicar los arrestos diarios de migrantes, elevando la cifra a 3.000 detenciones cada 24 horas.
Esta medida, impulsada por el asesor principal de Trump, Stephen Miller, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, forma parte de un plan más amplio para superar el millón de detenciones anuales.
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Según declaraciones oficiales, el aumento de arrestos responde a la necesidad de reforzar la seguridad fronteriza y establecer un precedente de aplicación estricta de las leyes migratorias en todo el país.
Así la Casa Blanca ha reiterado su compromiso de expulsar de manera efectiva a los migrantes ilegales, argumentando que estas acciones son esenciales para la seguridad nacional.
Sin embargo, algunos funcionarios han expresado dudas sobre la capacidad operativa de ICE para cumplir con estos objetivos sin afectar el debido proceso.
Para alcanzar esta meta, el gobierno solicitó al Congreso un aumento en el presupuesto destinado a estrategias de inmigración.
Además, se han expandido programas como el 287(g), que permite a las fuerzas estatales y locales colaborar con ICE en la ejecución de arrestos.
También se han incrementado los contratos gubernamentales para ampliar la capacidad de detención, con inversiones que alcanzan los 45.000 millones de dólares.
Comparando con administraciones previas, los arrestos diarios bajo el mandato de Joe Biden eran de aproximadamente 255, mientras que en la administración Trump han superado los 650.
