El presidente de EEUU, Donald Trump, reaccionó con visible molestia cuando un periodista le preguntó este martes, 8 de julio, sobre Jeffrey Epstein durante una reunión de gabinete.
“¿Todavía están hablando de este tipo, de este asqueroso?”, exclamó, desviando la atención hacia tragedias como las inundaciones en Texas.
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«¿Siguen hablando de Jeffrey Epstein? Se ha hablado de este tipo durante años», agregó. «¿Sigue la gente hablando de este tipo? ¿De este cretino? Es increíble», enfatizó el mandatario republicano.
Y luego, dijo: «No puedo creer que estés haciendo una pregunta sobre Epstein en un momento como este, cuando estamos teniendo grandes éxitos y también tragedias con lo que sucedió en Texas (deslave). Me parece una profanación», añadió Trump.
La pregunta surgió tras la publicación de un video de vigilancia de la prisión donde Epstein murió en 2019, el cual, curiosamente, presenta un minuto faltante justo antes de la medianoche.
La reacción de Trump contrasta con su propia narrativa de transparencia. Durante meses, su administración —especialmente la fiscal general de EEUU, Pam Bondi— había prometido liberar los llamados “Archivos Epstein”, insinuando que revelarían una lista de poderosos implicados en la red de tráfico sexual del magnate.
Sin embargo, el reciente memorando del Departamento de Justicia echó agua fría sobre esas expectativas: no hay lista, pruebas de chantaje, y Epstein, según el informe, se suicidó en su celda.
La frustración no tardó en explotar entre los seguidores del movimiento MAGA. Figuras como Elon Musk, antes aliado de Trump, acusaron al presidente de encubrir información comprometedora.
Musk incluso afirmó que Trump aparece en los archivos. Señaló que por eso no se han hecho públicos, aunque luego borró su publicación.
La base conservadora, que durante años alimentó teorías sobre una élite pedófila, ahora se siente traicionada por la falta de revelaciones.
La fiscal Bondi intentó justificar la ausencia del minuto en el video, alegando que es parte del protocolo de reinicio nocturno de las cámaras. Pero la explicación no convenció a muchos.
Influencers de derecha exigieron su renuncia, y algunos incluso acusaron a la administración de “profanar” la memoria de las víctimas al minimizar el caso. La narrativa oficial, lejos de calmar las aguas, avivó todavía más las especulaciones.