Condenaron a abuela en EEUU a cadena perpetua por el macabro asesinato de su nieta

Luis Alfredo Ledezma
Por Luis Alfredo Ledezma 3 Min de Lectura
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Una abuela de Oklahoma, de 63 años, enfrentará el resto de su vida en prisión tras confesar haber matado a su nieta, de tres años, y ocultar su cadáver en un bote de basura. 
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Una abuela de Oklahoma, de 63 años, enfrentará el resto de su vida en prisión tras confesar haber matado a su nieta, de tres años, y ocultar su cadáver en un bote de basura. 

Tras un juicio en el Tribunal de Distrito del Condado de Cleveland, la jueza Lynne McGuire dictó una sentencia de cadena perpetua para Becky Ann Vreeland, declarada culpable del asesinato de Riley Lynn Nolan ocurrido en 2022. 

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Vreeland fue acusada de golpear brutalmente a Riley hasta causarle la muerte, dejando evidencias de la violencia en las paredes del baño. 

Tras declararse culpable de asesinato en primer grado, Vreeland fue condenada a 45 años de prisión, la pena máxima establecida por la ley de Oklahoma para este delito. 

Dado la gravedad del crimen, Vreeland deberá cumplir al menos 38 años de prisión antes de poder solicitar la libertad condicional. 

De acuerdo con The Oklahoman, como parte del acuerdo de culpabilidad se desestimó un solo cargo por profanación de un cadáver humano. 

LA INSÓLITA VERSIÓN DE LA ABUELA

De acuerdo con el comunicado de prensa, los oficiales de policía acudieron a una residencia en el 600 de SW151 Street el 21 de junio de 2022, en respuesta a una llamada que reportaba una situación sospechosa. Al llegar al lugar, los paramédicos confirmaron el fallecimiento de un niño. 

“Los oficiales encontraron el cuerpo de Riley Nolan, de tres años, en un bote de basura en la casa”, reza el comunicado. “La niña tenía signos evidentes de trauma en su cuerpo”. 

Vreeland insistió en que la muerte de Riley fue un accidente, alegando que la niña se cayó de una escalera. 

Sin embargo, un detective explicó que los investigadores localizaron salpicaduras de sangre en toda la casa de Vreeland. Incluso encontraron sangre en el dormitorio principal, el baño principal y varias otras áreas de la casa. 

El detective testificó, que en el baño, se encontraron dos agujeros circulares en la pared, aproximadamente del tamaño de la cabeza de un niño. 

Vreeland aseguró a la policía que era habitual guardar los juguetes de Riley en el contenedor de reciclaje y que había una escalera cerca. Creyó que la niña se subió sola y se cayó. 

Pero, la policía dijo que a la escalera junto al contenedor de reciclaje le faltaba la base y se derrumbaría inmediatamente si alguien intentaba usarla. 

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