En un caso que conmocionó a Kissimmee, en Florida (EEUU), Larry Rhodes Jr. fue condenado a cadena perpetua tras asesinar a su hijo, un niño de apenas seis años.
De acuerdo con lo reseñado por Local 12, el niño perdió la vida luego de ser brutalmente golpeado por su padre en 2022 como castigo por haber bebido agua del inodoro.
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Lo que se detalló, es que las autoridades determinaron que el menor sufrió un trauma contundente que le causó la muerte de manera inmediata.
La investigación reveló que la madre del niño, Bianca Blaise, también participó en el abuso y posteriormente intentó encubrir el crimen.
Inicialmente, Blaise llamó al 911 y afirmó que su hijo se había ahogado en el inodoro. Sin embargo, los exámenes médicos y la autopsia demostraron que la causa real de la muerte fue el abuso físico.
Las autoridades indicaron que la pareja vivía en un motel junto a otros niños, quienes también fueron víctimas de maltrato.
Según los informes policiales, el niño se acercó al inodoro porque tenía sed y buscaba sobrevivir en condiciones extremas. Fue entonces cuando su madre lo golpeó, y posteriormente su padre lo atacó con puñetazos repetidamente en la cabeza y el abdomen. En consecuencia, ambos fueron arrestados en 2022.
Incluso, los testigos en el motel declararon haber escuchado gritos y golpes durante el ataque, lo que llevó precisamente a una investigación exhaustiva por parte de las autoridades.
Tras el juicio, a Rhodes lo condenaron a cadena perpetua. También a 35 años adicionales por los cargos de abuso infantil agravado.
Bianca Blaise, aunque al principio la acusaron de homicidio, en octubre de 2024 llegó a un acuerdo de culpabilidad por homicidio involuntario y negligencia infantil. Como parte de este acuerdo, podría enfrentar una condena de hasta 40 años de prisión.
