«Ayúdame no hablo inglés»: Venezolana llegaba de trabajar, encontró a su hija muerta y el esposo con un disparo en la cabeza

Luis Alfredo Ledezma
Por Luis Alfredo Ledezma 3 Min de Lectura
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«Ayúdame no hablo inglés», ese es parte del desgarrador testimonio de una venezolana, quien, al llegar de trabajar, encontró a su hija muerta, además de su esposo con un disparo en la cabeza.  
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«Ayúdame no hablo inglés», ese es parte del desgarrador pedido de auxilio de una venezolana, quien, al llegar de trabajar, encontró a su hija muerta, además de su esposo con un disparo en la cabeza, en Austell, Georgia (EEUU).

Según las autoridades, de acuerdo a lo reseñado por Univisión, el principal sospechoso del asesinato es el padrastro de la víctima, Alejandro Bencomo, de 57 años.  

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El día del crimen, la madre de la adolescente llegó a su casa y encontró a Bencomo con una herida de bala en la cabeza y un cuchillo en la mano, aparentemente intentando suicidarse.  

La policía fue llamada inmediatamente y, al llegar, encontraron el cuerpo de la joven con múltiples heridas de bala en el segundo piso de la vivienda.  

Bencomo fue trasladado a un hospital local, donde se encuentra bajo custodia policial mientras se recupera de sus heridas. 

La progenitora, presuntamente, comentó a la hija de la vecina que no sabía de dónde el hombre había sacado el arma. Afirmó, además, que nunca habían tenido armas en la casa, al menos eso era lo que ella estaba en conocimiento. 

TESTIMONIO DE LOS VECINOS 

Una vecina relató que escuchó los gritos de la madre pidiendo ayuda y tratando de comunicarse con la policía, ya que no hablaba inglés.  

“Mamá, el señor de la esquina, mató a la niña”, fue lo que dijo por su parte la hija de esta vecina. Luego, se detalló que la venezolana salió pidiendo ayuda, gritando: “¡Por favor, ayúdame! Necesito llamar a la policía, pero yo no hablo inglés”.  

También se precisó que la familia afectada residía, en el sector, desde hace aproximadamente dos años.  

La residente entrevistada apuntó que, aunque no eran amigos cercanos, solían saludarse y que la niña era una presencia habitual en el vecindario. Además, acotó que ninguno de los vecinos había presenciado actos de violencia por parte del acusado anteriormente. 

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