Por María Laura García
Me la paso hurgando en mi cabeza sobre qué cargas me hacen perder mi tranquilidad para sacarlas en la medida de lo posible del morral de mi mente, porque mi gran meta diaria, es vivir lo más en paz posible, en medio del caos que todos conocemos y además independientemente de las circunstancias que hasta ahora nadie puede cambiar. Ya saben que existe aquello que está en nuestras manos mejorar y lo que no. Por tanto, definitivamente, es mandatorio asumir que no controlamos casi nada y que, si nos esforzamos, lo único que podemos moldear es nuestro mundo interior.
En consecuencia, analizándome y sumando la experiencia de los que me rodean, me senté e hice una lista de esas necesidades, características de la personalidad y malos hábitos emocionales que nos impiden sentirnos bien cotidianamente, algo sin sentido, porque somos muy expertos en enredarnos la vida sin ayuda de nadie ¡Solitos pues!
Si me lees y piensas en retrospectiva ¿Qué te impide alcanzar tu paz interior? Es posible que en tu lista anotes las mismas cosas que yo. Y hacerlo, créeme, es el primer paso para lograr superar todo aquello que frena nuestro bienestar mental y nos aleja de la tranquilidad.
- ¿Necesitas desesperadamente la aprobación de otros?
Lo primero, que puede ser perturbador, es esperar con vehemencia la validación de otros ¿Quién es más importante que tú? ¡Nadie! Lo vital es, lo que tu piensas de ti y cómo te sientes contigo.
Internaliza que jamás controlarás lo que los demás piensan de ti. Claro está, si puedes hacer cosas para influir, pero siempre va a depender de otros sacar conclusiones, así que cultiva el desapego sobre el “qué dirán”, pues eso depende de infinitas cosas que no manejas tú, e incluso hasta depende del subconsciente de los otros. Entonces, nuestra felicidad no puede depender del juicio de otros.
- ¿Vives en el pasado?
Jamás podremos vivir serenos si vivimos rumiando sobre lo que ha pasado en nuestra vida, bueno o malo, pues para comenzar nos resta energía para vivir el presente. No te cargues con el peso de este tipo de equipaje, y más porque no puedes cambiar el pasado, pero si puedes, con la experiencia, construir un mejor presente. Hay cosas terribles con el recuerdo, debido a que nuestra mente es traicionera y tendemos a idealizar o romantizar el pasado o por el contrario a demonizarlo, es decir, solemos perder la objetividad porque le ponemos mucha emoción a la rutina de la evocación. “Las historias que nos contamos a nosotros mismos suelen ser tendenciosas e incompletas”. Así que, olvida y solo quédate con la lección.
- ¿Te anticipas y preocupas?
Acciona, pero sin sobrepensar lo que sucederá. Solemos imaginar que sucederán mil cosas por nuestro afán de anticipación y perdemos un tiempo bárbaro que podemos invertir en agendar, planificar y hacer. Ese «qué pasaría si…», es nefasto.
El futuro es una incertidumbre así que quita la vista un poco de ese lugar y ocúpate de vivir un mejor presente.
- ¿Te dejas dominar por tu necesidad perfección?
Seguro has escuchado mil veces que la perfección no existe, entonces solo te queda dar lo mejor y aprender a ser feliz con los resultados, solo eso. No es un negocio vivir insatisfecho contigo mismo, tus capacidades y lo que resulta de tu hacer diario. Solo te recomiendo aspirar la excelencia y no la perfección.
- ¿Quieres controlar todo y a todos?
Imposible, no intentes limitar la libertad de los demás. Puedes establecer reglas, castigos y recompensas para obtener lo que aspiras o que se cumplan tus deseos o influir en ellos, sin embargo, no podrás controlar del todo sus acciones. Nuestro país es un gran ejemplo de ello.
- ¿Temes muchas cosas?
Somos muchos los que quizás tememos a lo desconocido, a la vejez, la muerte o la soledad ¿Cierto? Pues lamento decirte que son inevitables, así que mejor ni pensar mucho en ello. Podemos prolongar nuestra vida con hábitos saludables, pero indefectiblemente nos deterioraremos hasta que llegue la muerte.
¿Qué tal si lo aceptamos y dejamos la resistencia para poner el foco en vivir intensamente? Esto nos ahorrará mucho estrés. Otra cosa, hay una sola forma de hacer las paces con lo desconocido: la FE y la confianza, que son grandes dadoras de tranquilidad emocional.
- ¿Vives a la defensiva?
¿Crees que todo lo que sucede es contra ti o que todos están en tu contra? Pues no siempre es así, el defendernos para sobrevivir, es natural y necesario en ocasiones, pero no puedes vivir permanentemente así porque las amenazas pueden estar solo en tu cabeza. Aprende a ser objetivo y a empatizar con los que te rodean poniéndote en sus zapatos, esto ayuda a ver la vida y a las personas de forma más amable y sufrirás menos.
Recuerda, no controlamos el mundo que nos rodea ni lo que otras personas dicen o hacen. Los hechos y palabras que recibimos de otros serán valiosas sólo si nosotros les otorgamos dicho valor, así que procura que te resbalen y elige bien tus batallas.
- ¿Quieres o verdaderamente necesitas lo que quieres?
¿Has pensado qué necesitas realmente? ¿Están satisfechas tus necesidades básicas? ¿Qué más aspiras? ¿Has pensado que desear de más pudiera ser codicia? Establecerte más necesidades de las reales pueden agregarte preocupaciones e insatisfacción constante porque nunca será suficiente para ti. Solo te invito a detenerte a meditar en ello.
Despréndete de muchas necesidades y céntrate en disfrutar del momento presente.
- ¿Hay cosas, situaciones o personas que no te gustan? ¿Esto te incomoda y resta paz?
Es natural, pero trata de superar esas circunstancias o sacar de tu vida esas cosas o personas, sin odio o sin llenarte de sentamientos negativos, de forma natural y sin vehemencia. No pierdas tu paz por nada ni por nadie, solo actúa siempre desde el amor. No gastes energía innecesaria.
Finalmente … tu eres el gran constructor de tu mundo interno, así que procura ser el mejor arquitecto e ingeniero para tu vida.
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