Fallar o perder moldea nuestras capacidades y otorga fortaleza

No siempre el fracaso antecede el éxito y tampoco es tan negativo…

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Por Caraota Digital 5 Min de Lectura
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Por María Laura García 

Se ha generalizado un discurso “motivacional” o exitoso sobre el fracaso que no aplica exactamente a todos o a la totalidad de las circunstancias de la vida y tratando de no ser fatalista por completo, lo que si puedo asegurar es que, siendo resilientes, seguramente nos regalará una experiencia y fortaleza que nos servirá mas adelante.

Los “especialistas” en bienestar mental, coach, psicoterapeutas y más, nos bombardean a diario diciéndonos que fracasar es “algo bueno” como buscando quitarnos el derecho de sentirnos mal y haciéndonos sentir peor, por experimentar el guayabo o la frustración lógica ante el fallo, la pérdida o tropiezo y no poder ver en el momento o “entender” que fracasar es algo bueno y que constituye una oportunidad, puesto que, de esos baches, surgen lecciones de vida que no obtendríamos de otro modo.

Pero en mi caso no siempre ha sido así, no sé si en el caso de Uds. ¡Ahh! que te vas curtiendo en la vida, que aprendes a manejar el dolor o la frustración y algunos ni siquiera lo logran, ese es otro tema.

Todos como evangelizadores, te dicen que la clave del éxito es el fracaso y que tocar fondo es necesario para cumplir nuestras metas, y la verdad la pregunta que te hago y me hago es ¿Aplica a todo y todos?

Para mí NO, por varias razones, ya que si no estás claro qué te llevó a fallar, pues no sirve de nada. Por otra parte, si al analizar, te das cuenta que tu cumpliste “el manual” a la perfección, pero tu entorno es el responsable ¿Qué hacer en esos casos? ¿Podemos cambiar lo que nos rodea? Y más, si no tienes los recursos económicos y humanos para volverlo a intentar ¿Te detienes o intentas otra cosa? Esta bien no desmayar y confiar una y otra vez, pero que no me vengan a vender la historia de que todos lo finales son felices.

Incluso hay quienes pasan toda la vida intentando y terminan haciendo cosas para sobrevivir o vivir, pero que no necesariamente representa lo que soñaban.

Leí recientemente, “ante el temor a fracasar, ha surgido una forma de normalizar las “caídas o derrotas” como un paso inevitable hacia el éxito, aunque eso no siempre sea cierto”. Y cuidado, con esto no quiero decir que te desanimes y no lo intentes las veces que te sea posible, sino que APRENDAS A SER FELIZ CON LO QUE TE TOCA que muchas veces no es necesariamente lo que deseas o crees que mereces.

Uds. no imaginan cuanto me esfuerzo a diario, tanto pero tanto, que me creo merecedora de un montón de cosas que no tengo o no han llegado y sin embargo, sigo y me enfoco en buscarle el lado bueno a lo que sucede.

Las posibilidades de todos son distintas y los fracasos también, por eso debemos intentar cambiar la retórica del fracaso o el discurro motivacional, pues a algunos el fracaso les destina al éxito y a otros NO. Tan simple como eso. Por ejemplo, tener la posibilidad de fracasar una, dos o tres veces y seguir perteneciendo al mismo entorno social sin ser relegado, criticado o desvalorizado, eso sí es un éxito, a pesar de que se camufle tras la máscara de la retórica del fracaso, porque a muchos el éxito “heredado” les garantiza la libertad para fracasar mil veces sin tener un alto precio a pagar, por ello incluso, se pueden dar el lujo de “fracasar mejor”.

Mientras que, hay otros como yo, a los cuales el fracaso nos cuesta muy caro, de hecho, hasta se nos estigmatiza, debido a que dicen que no hemos tenido éxito porque no lo hemos querido intentado con las fuerzas suficientes o porque no hemos fracasado lo suficiente.

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