Al menos 40 personas murieron este domingo después que un autobús cayera por un barranco y se incendiara en la provincia de Baluchistán, Pakistán. Además, otras cuatro personas resultaron heridas, siendo el peor accidente de este tipo en ocho años.
El comisario adjunto de la ciudad de Bela, Hamza Ajum, comentó a EFE que la unidad «se estrelló contra un guardarraíl después de tomar una curva cerrada». Asimismo, relató que el autobús «cayó boca abajo a un barranco de 15 metros y se incendió».
El oficial informó además que el bus viajaba desde Quetta hasta Karachi con 44 personas a bordo, de las cuales solo cuatro sobrevivieron.
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Según medios paquistaníes, las autoridades afirmaron que el accidente se debió al exceso de velocidad del conductor, quien perdió el control del autobús.
Igualmente, un funcionario local reveló que el vehículo se quemó porque llevaba bidones de diésel en el techo. Al volcar, el combustible prendió para que las llamas consumieran la unidad.
”Casi todos los cuerpos están quemados hasta tal punto que no pueden ser identificados”, describió Anjum. Por tal motivo, llevaron los cadáveres a Karachi para realizarles pruebas de ADN.
Los otros cuatro heridos, por su parte, fueron trasladados a Lasbella para que reciban tratamiento.
Las imágenes del lugar del siniestro mostraron los restos calcinados del autobús cerca de un puente y los cadáveres colocados en filas, a un lado.
El accidente significa el más grave en Pakistán desde enero de 2015, cuando 62 personas perecieron después que el bus en el que iban chocara con un camión cisterna de gasolina.
Según cifras del Gobierno de Pakistán, cerca de 30 mil personas pierden la vida al año en ese país por accidentes de tránsito.
Esa nación posee uno de los mayores índices de accidentes viales del mundo gracias a sus deterioradas carreteras.
