Enfermera de prisión se enamoró de recluso y para casarse con él envenenó a su esposo, esto hizo para ocultar su crimen

Jhoan Melendez
3 Min de Lectura
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Foto: Cortesía

Una enfermera de una prisión en Missouri, identificada como Amy Murray, de 46 años, recibió una condena de 12 años de cárcel, luego de declararse culpable el 25 de junio de envenenar y matar a su esposo, Joshua Murray.

La homicida envenenó a la víctima antes de quemar la casa con el fin de ocultar el crimen, ya que su propósito era casarse con un recluso condenado por asesinato del cual se enamoró.

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La mujer, quien se desempeñaba como enfermera en el Centro Correccional de Jefferson City, sostenía una relación extramarital con Eugene Claypool. Dicho recluso cumplía una condena de 25 años a cadena perpetua por haber asesinado a una persona.

La relación entre ambos floreció mientras ella cumplía con su labor en la prisión. Asimismo, las comunicaciones entre ambos quedaron registradas debido a los protocolos de seguridad penitenciaria.

¿QUÉ DECÍAN LAS CONVERSACIONES ENTRE AMY MURRAY Y EL RECLUSO?

Según una declaración jurada citada por People, en tales conversaciones, Murray expresó varias veces su deseo de no continuar con el matrimonio. Al mismo tiempo, le manifestaba a Claypool que podrían casarse una vez que su esposo «ya no estuviera presente».

El 11 de diciembre de 2018, la vida de Joshua Murray llegó a su fin en la vivienda familiar. En un principio, la policía pensó que falleció por un incendio accidental. No obstante, una autopsia reveló que su cuerpo contenía grandes cantidades de anticongelante, por lo que se determinó que su muerte se trató de un homicidio.

De igual forma, el informe forense detalló lesiones que denotaban que Joshua había muerto antes de que se iniciara el fuego.

A la enfermera la capturaron tres meses luego de la muerte de su esposo. En ese entonces, los investigadores ya habían reunido pruebas fehacientes de su relación con Claypool y su posible motivo para cometer el crimen.

Finalmente, el 25 de junio de 2025, Amy Murray se declaró culpable de homicidio en segundo grado. También de incendio provocado en segundo grado y manipulación de pruebas.

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