Horror en EEUU: El brutal asesinato de un hombre contra su abuela porque «creyó que era el diablo»

Luis Alfredo Ledezma
3 Min de Lectura
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Un impactante crimen ocurrido en Pensilvania (EEUU) culminó con la condena de George Sisco, un hombre de 29 años que asesinó brutalmente a su abuela, Margie Finlay, de 67 años, bajo la creencia de que era "el diablo".  
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Un impactante crimen ocurrido en Pensilvania (EEUU) culminó con la condena de George Sisco, un hombre de 29 años que asesinó brutalmente a su abuela, Margie Finlay, de 67 años, bajo la creencia de que era «el diablo».  

De acuerdo con lo informado por Law&Crime, el crimen, que tuvo lugar en abril de 2024 en el municipio de Milford, involucró apuñalamientos, golpes y un incendio provocado por el propio agresor.  

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A Sisco lo sentenciaron el pasado viernes a una pena de entre 29 y 60 años de prisión. Esto, tras declararse culpable de asesinato en tercer grado, incendio y amenazas terroristas. 

Lo que se detalló, es que el 26 de abril de ese año, los bomberos acudieron a la vivienda de Finlay tras recibir un reporte de incendio. Al llegar, encontraron a Sisco cubierto de sangre frente a la casa, negándose a responder preguntas y advirtiendo a los rescatistas que no entraran.  

Según la fiscalía, el hombre se atrincheró dentro del inmueble y lanzó amenazas antes de ser detenido. En su declaración, justificó el ataque alegando que el medicamento antipulgas que su abuela aplicaba al gato era dañino. Dijo que actuó por razones religiosas, afirmando que «la Biblia dice que para matar al diablo hay que usar el espíritu santo y el fuego». 

El informe policial reveló detalles escalofriantes del crimen. Sisco cortó la garganta de su abuela, la apuñaló y luego inició el incendio con un trapo de cocina.  

La autopsia confirmó que la víctima murió por heridas punzantes y traumatismos.  

Durante la audiencia, el hijo de Finlay expresó su dolor, afirmando que su madre amaba profundamente a su nieto, pero calificándolo como un «monstruo».  

La defensa argumentó que Sisco había abandonado su medicación antes del crimen, lo que pudo haber influido en su comportamiento. 

El acusado había sido diagnosticado previamente con esquizofrenia. Un primer informe lo declaró incompetente para ser juzgado. Sin embargo, una segunda evaluación determinó que sí podía enfrentar el proceso judicial.  

El fiscal del condado de Pike, Ray Tonkin, lamentó los hechos y expresó que «no hay ganadores aquí», subrayando el dolor irreparable de los seres queridos de la víctima.  

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