La crisis migratoria en EEUU ha adquirido un nuevo y alarmante capítulo: la desaparición de más de 32.000 jóvenes migrantes no acompañados.
Según un reciente informe del Departamento de Seguridad Nacional, estos jóvenes, que llegaron al país en busca de refugio y una vida mejor, se han desvanecido sin dejar rastro tras perder sus citas migratorias.
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En concreto, lo que se sabe, es que un informe de dicha instancia hace constar que estos menores no se presentaron a sus citas de inmigración entre 2019 y 2023. Por tanto, se ha catalogado el asunto como un «problema urgente».
Esta situación ha encendido las alarmas de organizaciones defensoras de los derechos humanos y de las autoridades, quienes temen por la seguridad y el bienestar de estos niños y adolescentes. La falta de información sobre su paradero los expone a una serie de peligros, como la explotación laboral, el tráfico de personas y la violencia.
Las causas de esta desaparición masiva son múltiples y complejas. Entre los factores que podrían estar influyendo se encuentran las dificultades para comunicarse con sus familiares en sus países de origen, la falta de asistencia legal adecuada, la intimidación por parte de grupos criminales y las políticas migratorias cambiantes.
Para muchas organizaciones defensoras de migrantes, ante esta grave crisis, es imperativo que las autoridades estadounidenses tomen medidas urgentes para localizar a estos menores y garantizar su protección.
Apuntaron que se necesitan mayores recursos para los programas de acogida y tutela, así como más coordinación entre las agencias gubernamentales involucradas.
